El
iPhone es muchas cosas a la vez.
Para
empezar, es un iPod capaz de reproducir canciones y vídeos
y almacenar entre 4GBs y 8GBs de ambos, dependiendo del modelo,
en una pantalla de 3,5 pulgadas, mayor que cualquiera de los aparatos
que Apple vende en la actualidad.
El
aparato, que funciona con el sistema operativo Mac OS X, permite
navegar por internet con el programa Safari sobre una red inalámbrica
Wi-Fi o bien la de AT&T, llamada EDGE, una red que hoy por
hoy se caracteriza por su lentitud.
Y,
claro, el iPhone puede utilizarse para hacer llamadas como cualquier
otro celular.
Una
de las características que lo distinguen de sus rivales
es la interfaz del producto, radicalmente diferente ya que no
hay ni rueda, como en los iPod, ni teclado, sino un único
botón.
Para
recorrer la biblioteca de canciones y vídeos o acceder
a los diferentes menús hay que arrastrar el dedo a derecha
e izquierda de la pantalla, mientras que para seleccionar una
canción en particular basta con golpear dos veces la pantalla.
El
único botón se utiliza para volver a la pantalla
principal, mientras que los botones virtuales son iconos que cambian
según la aplicación en la que se encuentre el usuario.
Apple
recomienda que los usuarios comiencen "tecleando" con
un solo dedo y, una vez acostumbrados a este nuevo medio, utilicen
el tecleo con los pulgares, método típico de los
usuarios más avezados de su rival BlackBerry.
Aunque
los críticos dijeron que este innovador diseño echaría
atrás a muchos usuarios acostumbrados a los mini-teclados,
las primeras reseñas del producto lo han dejado en buen
lugar.
En
la página principal hay cuatro grandes aplicaciones -teléfono,
correo electrónico, Safari (para navegar por internet),
iPod-, además otras secundarias, como Google Maps o YouTube.
A
diferencia de otros teléfonos "inteligentes",
en los que solo se puede ir a páginas especialmente optimizadas
para artículos móviles, Safari funciona exactamente
igual que en un ordenador, lo cual puede ser ventajoso a veces
pero también farragoso cuando la red sea lenta.
En
cuanto a la batería, Apple asegura que sirve para hablar
durante ocho horas, ver vídeos durante siete y navegar
por internet durante seis.
Sin
embargo, uno de los principales inconvenientes del producto es
que, al igual que el iPod, la batería no se puede extraer,
lo que significa que una vez pierda la capacidad de cargarse,
el cliente habrá de enviarlo a Apple para que la reponga.
Otro
problema es el precio.
El
producto se vende en dos modelos de 499 y 599 dólares,
que permitirán almacenar 4GBs y 8GBs de contenido, respectivamente.
Pero
a este elevado precio hay que añadir lo que costará
el contrato de dos años con AT&T, la compañía
telefónica que tiene los derechos exclusivos durante los
próximos cinco años y que dispone de planes que
oscilan entre los 60 y 100 dólares mensuales. EFE