Esa
resolución, que también respalda un nutrido grupo
de republicanos, expresa la desaprobación de la Cámara
a los planes del presidente de enviar 21.500 soldados adicionales
al país árabe pero, al mismo tiempo, refleja el compromiso
del Congreso de apoyar a las tropas que ya están allí
desplegadas.
Para
los demócratas, que prácticamente tienen garantizada
la aprobación de la medida, se trata sólo de un primer
paso dirigido a forzar un cambio de la política de la administración
con respecto al conflicto iraquí.
"Este
país debe hacer un cambio drástico de rumbo en Irak
y el Congreso tiene la responsabilidad de consumar ese cambio",
declaró el legislador demócrata John Murtha, uno de
los más firmes detractores de la guerra.
Su
compañera de filas, Nydia Velázquez, subrayó
que "esta guerra es hoy más equivocada que nunca",
pero ahora se tiene "la oportunidad de actuar" y de enviar
un claro mensaje a todo el mundo en el sentido de que "EEUU
está cambiando de rumbo en Irak".
Los
republicanos argumentan que este tipo de iniciativas sólo
sirven para poner en riesgo la seguridad nacional y que la responsabilidad
del Congreso consiste en apoyar al cien por cien a las tropas estadounidenses.
Así
lo ha puesto hoy de manifiesto la legisladora Barbara Cubin, quien
calificó la resolución que se va a votar de "equivocada
y peligrosa" porque, según ella, envía a los
terroristas la señal de que EEUU está dividido en
torno a la guerra.
El
texto que se someterá a votación dice textualmente
que "el Congreso y el pueblo estadounidense seguirán
apoyando y protegiendo a los miembros de las Fuerzas Armadas de
EEUU que sirven o han servido con valor y honor en Irak".
En
un segundo y último párrafo, indica que "el Congreso
desaprueba la decisión que el presidente George W. Bush anunció
el 10 de enero para desplegar más de 20.000 tropas de combate
adicionales en Irak".
La
Casa Blanca sigue el debate con atención y con resignación
ante un resultado del que casi nadie duda, dado que los demócratas,
con mayoría en la Cámara, votarán casi todos
a favor de la medida y contarán además con el apoyo
de unas dos docenas de republicanos.
"El
Congreso tiene derecho a expresar sus opiniones", dijo hoy
un portavoz presidencial, Scott Stanzel, prácticamente parafraseando
al presidente, quien manifestó que el problema no es que
se critiquen sus decisiones, sino que las tropas estadounidenses
puedan verse afectadas.
"Nuestras
tropas cuentan con que sus líderes elegidos en Washington
les proporcionen el apoyo que necesitan", subrayó Bush
este miércoles en una rueda de prensa en la que alertó
de que sería un grave error tratar de bloquear los fondos
necesarios para la guerra.
Stanzel
lo ha reiterado hoy, al afirmar que al presidente le preocupan las
resoluciones que sean "vinculantes" y tiene claro que
"luchará con mucha fuerza para garantizar que las tropas
tengan los recursos que necesitan".
Si
sale adelante, el texto se remitirá mañana, sábado,
al Senado, donde el apoyo no está tan claro, teniendo en
cuenta que esta cámara ya intentó debatir una medida
similar la semana pasada que finalmente fue bloqueada por la minoría
republicana.
"Me
gustaría que los colegas que bloquearon esto fueran tan buenos
poniendo fin a la guerra como impidiendo nuestro voto", advirtió
la senadora demócrata, Barbara Mikulski, en un claro llamamiento
a los senadores conservadores para que no repitan su maniobra.
Lo
que hicieron con la primera moción fue pronunciarse en contra
de poner un tiempo límite al debate sobre la moción,
lo que en la práctica permite prolongar las intervenciones
de los legisladores hasta el infinito y evitar que llegue a someterse
a votación la medida en sí. EFE
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